jueves, diciembre 15, 2005

La comunidad de Dante



"sus pies parecían pezuñas de ternero y brillaban como el bronce bruñido"

Libro de Ezequiel


En vez de esperar las utopías, mucha gente procura hacerlas realidad y emprende la incierta aventura con otros. Es un tópico considerar que estas comunidades terminan practicando en forma exacerbada lo opuesto a lo que predican y de lo que menos encontramos en ellas, es libertad, igualdad, ocio, anarquismo y felicidad, para mencionar algunos de los valores que persiguen estos grupos.

Pero en la década del 60 y principios del 70 se formaron muchas comunidades hippies y sé que todavía sobreviven algunos grupos que ahora serán de ancianos cubiertos de medallas y abalorios. Hoy hay mucha gente que decide vivir fuera de los parámetros del consumo, sin por ello quedar manipulado por grupos como la cienciología o del Reverendo Moon.

Mas de una vez, he pensado en irme a vivir a una comunidad, para sacarme de encima a la gente desagradable que vienen al mundo para que podamos pagar el Karma negativo mas rápido. La solución que el gobierno finalmente desarrolló fue enviar a la gente a vivir cada uno con sus iguales, un poco como hizo imaginariamente Dante Alighieri. Se ordenó a la gente por sus vicios y pecados: los codiciosos, los asesinos, los ladrones, los timadores y manipuladores, los acosadores, los explotadores, los violadores, los soberbios, los racistas. Cada uno tuvo su comunidad y absoluta libertad para moverse sólo en ese circulo infernal. Aquellos desprovistos de estos vicios, gente que estaba todo el día temblando, esperando el próximo cachetazo, ocuparon la parte externa de la ciudad. Esta propuesta necesitó personal carcelario y gendarme que ordenara los círculos y no permitiera que la gente se escape del círculo donde fue asignado.

En el círculo de los manipuladores y timadores, se gestaron grupos que rivalizaban por la supremacía. Las artimañas para hacerse del poder se fueron sofisticando cada vez más. Tuvieron descendencia pero solo los que mostraban dotes para el timo eran dejados entre los timadores y lo que no, redistribuidos en el círculo que les correspondía.

En la celebración del carnaval, los carceleros permitían que los círculos se juntaran, las fiestas duraban una semana y reinaba el caos, pasado esos días, se abrían las puertas del salón que ocupaba una manzana, entraban los penitenciarios provisto de armas y todos eran llevados donde le correspondía. Siempre había muchos muertos, los que eran enterrados en un cementerio común, y los heridos eran atendidos y sanados.

Los círculos de las víctimas cuya comunidad limitaba contra las paredes de la plaza donde se consumaba el carnaval, no podían dormir escuchando los gritos de horror de la gente. Es que casi nadie quería participar de esas celebraciones, pero era un festejo sagrado para los gobernantes.

Cuando ellos llegaron, vi una gran nube y un torbellino de fuego. De en medio de la nube surgió algo parecido a cuatro animales, y cada uno semejaba también una forma humana. Sus piernas eran rectas y sus cascos parecían cascos de buey, sólo que eran brillantes como el bronce pulido.



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