martes, diciembre 13, 2005

¿Como vivir sin trabajar?

Esta pregunta formulada en tiempos de Hitler nos hubiera conducido a un campo de concentración, portando un crespón negro; pero de Hitler sólo ha quedado su dentadura encontrada en las cenizas de su bunker de invierno.

Hay mucha gente, más de la que pensamos, que vive sin trabajar, pero esa felicidad se vive con verguenza. La impostura social nos lleva a que si no hay lucha por la vida la simulemos. Mario siempre me contaba la anécdota de su suegro que cuando lo iba a visitar siempre estaba leyendo y cuando el llegada escondía precipitadamente el libro en el cajón del escritorio.
Para el logro de este anhelado deseo, pueden haber mediado certificados médicos con enfermedades construídas laboriosamente, o acaso una herencia, una lotería o una buena planificacion laboral que le permite a una persona retirarse a tiempo de la maquinaria laboral. Pero siempre está el mensaje de que "trabaje duro" o "me lo curré", sea verdad o no, el protestantismo ha hecho mella en el mundo occidental y ahora arrasa con el planeta.

Lo primero que tenemos que darnos cuenta es que hemos convertido el trabajo en un infierno, porque trabajamos mucho más de lo que realmente haría falta para vivir, producto de una sociedad de consumo, que en realidad ya no es más de consumo sino de trabajo, porque en la sociedad de consumo surge como una necesidad para que la gente trabaje y sin estos estímulos artificiales la gente no trabajaría.

Si consideramos lo que hoy produce una persona y si hoy consumieramos lo que consumía una persona hace 100 años, un sueldo alcanzaría para cubrir unos 3 o 4 años de existencia, por lo que la pregunta de cómo vivir sin trabajar, empieza por considerar todas las cosas que nos hacen consumir y que realmente no necesitamos.

Hay cosas que consumimos a partir de que exacerban nuestros miedos, nuestra necesidad de pertenencia, nuestro miedo al rechazo, nuestra necesidad de sentirnos utiles e importantes y con todo eso nos hacen consumir y para consumir todo eso necesitamos producir: la serpiente que se muerde la cola. Los magos negros publicitarios son los únicos que están leyendo y rentabilizando a Freud y Lacan.

Veamos todas la idioteces que consumimos y que no son necesarias:
Zapatillas de marca - satisfacen nuestro deseo de ser especiales, de "otra clase" y ademas sirven para andar comodo. Lo primero es el 90% del precio y lo otro solo el 10%.
Ropa de marca- igual que lo anterior.
Yogures con atributos imaginarios: omega x, etc --- consumir el yoghurt de 20 centimos.
Todos los alimentos con atributos imaginarios que encarecen en un 90% el valor de los mismos.
Servicios educativos y de salud privados, que son obligación del estado darlos no solo en cantidad sino en calidad.
Cambiar el auto cada dos años
Cambiar muebles, ordenador y otras cosas, para mejorar nuestra imagen, demostrar que progresamos.
Dejo abierta la pregunta.

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