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viernes, noviembre 30, 2007

Mal de ojo

Si hay algo que envenena mi sangre es que me miren por arriba del hombro y no se cómo, pero me doy cuenta, incluso puedo predecir quién me va a mirar por arriba del hombro y nunca le escapo a mi pronóstico. Yo lo veo venir y me digo: esa cosa me va a mirar por encima del hombre y paf, noto que me mira por encima del hombre y entonces se envenena mi sangre, es como si en ese momento me hubieran inyectado aceite reciclado y hasta me puede arruinar el día, porque es como si el que me miró me arrojó el mal de ojo. Por eso evito pasar por ciertos lugares, por eso del mal de ojo. Cuando salgo de mi apartamento planifico mi recorrido para no cruzarme con los que me miran desde arriba, lamentablemente en el supermercado seguro que me encuentro alguno y paf, ese día padeceré el mal de ojo, que ademas es acumulativo y no solo eso, sino que cada vez me cae peor, ya no es aceite reciclado, es como si me inyectaran residuos cloacales, hasta ese punto es la cosa y uno es como una caldera a punto de estallar y saben una cosa, no me gusta agarrármela con mi familia, que sería la vía fácil, le doy una paliza a mi mujer y ya está, me tranquilizo, con eso de la ley del maltrato hay que andar con cuidado y he optado por la estrategia de criticarla por cualquier cosa y la verdad que me siento aliviado pero despues a la noche me siento un cabrón, porque al fin y al cabo que culpa tiene ella de que a mi la gente me mire por arriba del hombro y eso me cause mal de ojo, nada, por supuesto que no tiene para nada la culpa. La solución criminal, juro que la he pensado, pero qué, tendría que matar a medio pueblo, no, no es práctico; durante un tiempo paraba a la gente o me le acercaba por atrás para saludarlos como forzando algo, que no me vieran por arriba, pero lo seguían haciendo. Estar todo el día hablando mal del pueblo también fue una forma indirecta de descargar el mal de ojo, pero después tampoco me siento tan bien como seria eso de darle una paliza a alguno de esos engreídos, como hacía cuando me llevaba mal con algún compañero y que la solucion de las trompadas te dejaba hecho una seda, pero tampoco es una solución razonable, ya me veo yo desafiando alguno de esos caracúlicos, sí porque tienen o ponen cara de culo, esa es la expresión que uno capta en ella; llevo las de perder llamarían a un guardiacivil y pum preso. Este es uno de los problemas que no he resuelto en mi vida y será una cruz que lleve mientras viva en Mandragoria.