Nunca tienes la oportunidad de conversar con ellos y cerrar el entripado.El asunto pasa a formar parte de un agujero negro de rencores que ellos alimentarán hasta su muerte, son como soles que tienen en sus visceras y cuando mueren, esos soles vuelven al pueblo y navegan por sus calles. Desprenden un sueve aroma, agrio y que la gente tiene la oportunidad de advertirlo la primera vez que camina por sus calles.
De la novela
Cronicas de Mandragoria