
Fue secuestrado, castrado y arrojado en una pieza oscura, junto a otros "castratis",hasta que la herida sanara. Todas las noches recordaría a su Cuevas del Almanzora y luego el secuestro, la violencia y un sueño que se repetía: la perdida de su falo.
Tombuctú, su edificio principal parece un pene, como símbolo del genera castrado que la conquistó. El libro de Antonio Llaguno: La conquista de Tombuctú, es un hermoso viaje a la eterna recurrencia de la intolerancia y la codicia, que generará una épica al mando de un castrati.