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lunes, noviembre 26, 2007

Entrevista a Silanes

Fragmento de la entrevista a Silanes
“LA DESNUDEZ DEL NO DOMINIO”

Martín Campos
Universidad Nacional de Cuyo



RAÚL SILANES:
“LA DESNUDEZ DEL NO DOMINIO”
Martín Campos
Universidad Nacional de Cuyo
Raúl Silanes (1958) es uno de los escritores mendocinos más premiados,
tanto a nivel local como internacional. Comenzó a destacarse
en su tierra con la aparición de Soles Subterráneos (Premio SADE,
1982) y Devolución de Babel (Premio SADE, 1986). Años después, su
libro La Iluminada (Verbum, Madrid, 2001), significa la confirmación
del valor que la obra de este autor desarrolla “fronteras afuera”. El día
de la entrevista, muy temprano, nuestro autor afirma tener “ojos absorbentes”,
porque todavía no ha escrito nada; y prefiere mirar la cordillera
a través del ventanal, con reconcentrado fervor, como si le ayudara
a pensar. De su cara sale una sonrisa ambigua, mientras anticipa en off
“soy un trabajador a destajo de las palabras, sus ecos y sus límites”, y
nos anticipa su fama de interrumpir la entrevista en cualquier momento,
“porque hay cosas mucho más importantes que hablar de literatura”,
aclara. En la habitación donde escribe, le rodean imágenes de quienes
él aprecia, como Osvaldo Soriano, Juan Gelman, Evita, la Difunta
Correa, gente que interviene en sus novelas y sus hijos.
- ¿Qué tan imprevisible es escribir poesía?
- Más que imprevisible es misterioso, porque no sabemos hacia
dónde vamos. Es luchar contra un silencio que sofoca. Nunca se sabe
dónde va a suceder, de qué manera se va a manifestar, o a través de cuál
mecanismo íntimo. Después, como en la reconstrucción de un sueño,
se puede descubrir la victoria de las causas. Pero la creación del poema
es ingobernable y lo único que cabe al poeta es mantener la mayor disposición,
aun en las peores condiciones.
Piedra y Canto. Cuadernos del CELIM 257
Número 11-12 (2005/2006) 257-269
- ¿Quiere decir que el poeta no trabaja desde lo racional?
- Lo racional no existe en el acto inicial de crear. La mala poesía lo
es porque quien la escribió impuso su voluntad y sus deseos, que son
siempre inferiores al misterio de la creación pura. La racionalidad que
se le quiera imprimir a un poema, es muy poca cosa en comparación
con las fuerzas que el poeta puede liberar y que ni siquiera sospecha.
La poesía es lenguaje en estado salvaje, no dominado por la voluntad
humana, y por eso expresa verdades que el entendimiento nunca podría
abarcar en su totalidad. La poesía se maneja con esencias.

snip...

- ¿Pero por qué escribir tanto?
- Mientras escribo estoy vivo doblemente. Es una labor que me
ocupa y vacía, que asumo y que no niego ni reniego. Es más, la agradezco,
porque gracias a ella he podido alimentar a mi familia y creer en
mí mismo. ¿Qué más puedo pedir?