lunes, abril 15, 2019
Quiero ser famoso
Sale seudónimo A y me saludo como corresponde a una persona que se alegra del helado que traigo cargado en mi bicicleta y como residuo el vínculo que nos atenaza.
Aprovechamos la soledad compartida y apura el asado.
Me enteré que tu hijo está en Chile, sí, sí, ha ido a tocar, es que tiene ahora un productor grosso, ha sido productor de Ceratti y los Enanitos Verdes. Se quería ir a México y yo le dije que no tenía mucho sentido, que le convenía Chile, ahí nomas bien cerquita y se me enojó. Entonces le dije a mi hijo que yo no me oponía a sus deseos pero si a que se suicide e irse a México es muy riesgoso. No recuerdo los detalles. Fragmentos. Sí, sí, el se tiene mucha fe, el se siente que es bueno pero no puede ser suicida. Y entonces yo pensé en el Che Guevara mas o menos de la edad de su hijo freído en un pueblo remoto por un entusiasmo delirante de alguien que se tenía mucha fe.
Seguí discutiendo con mi hijo, me dice mientras mueve las costillas, las da vuelta, y entonces le dije, ¿vos crees que yo soy un tipo triunfador, que he tenido exito en mi vida?, bueno no, yo quise ser politico, quise ser Gobernador y fracasé, yo fracase en lo que mas me importa en la vida, sí, sí, me vas a decir, me dicen, tenés una gran familia, te quieren, preparas unas ensaladas, tenes pinta, estas bien economicamente, pero fracasé. Llegan sus hijos y se corta la conversación.
domingo, julio 01, 2018
Dejar de ser amigo en Facebook
Mi amigo es ahora una medusa, flotando en la ciudad.
lunes, enero 08, 2018
De cómo hacer una torta y un libro
En la cocina mientras bato la clara del huevo o derrito el chocolate o abro la lata de duraznos y a la vez tengo la televisión prendida y a la vez cambio los pañales de mi hijita de once meses y a la vez pospongo mi idea suicida.
Todo se puede hacer a la vez, si todo lo hacemos con intensidad mientras escuchamos la LV 10 y sus consejos a la ama de casa.
Vamos al libro, cúal es el ingrediente básico que en un libro no puede faltar: imaginación, angustia, spleen y todo eso se puede sentir para batir y lograr el clara de nieve.
Allí estas, con un libro en ciernes, sos una ama de casa, tu marido esta vendiendo algo y vendrá a las 13 con tus hijos que recogera de la escuela y qué espacio te queda para escribir un libro, ponerte del otro lado de esa biblioteca verde que tenes de novelas clásicas.
Pero podés, claro que podés, allí estás sentada en la penumbra de tu cocina, todo yace en silencio, hay unos segundos para ser vos misma, desciende como en un bosque el siervo de la angustia, el hada de la desazón, del desasosiego. Estás allí con tu cuaderno de receta, acabas de escribir la última receta de Petrona C. de Gandulfo, de cómo hacer una torta de chocolate, la misma que estás haciendo. Y podes en el cuaderno empezar tu novela, escribir de los demonios del bosque que te visitan todas las noches, después que él se duerme y te deja tan caliente en un tiempo que no era legal ir al baño y masturbarte y masturbarte hasta que llegaba el placer.
Pero no nos desviemos, estamos hablando de la posibilidad de que empieces a escribir una novela, es una mujer que camina en la madrugada por un bosque hasta que encuentra una casa, entra en ella.
En la cocina hay una hornalla prendida, todo está como si hiciera dos minutos que se han ido, pero no hay nadie, y en un plato esta ya lista la crema para la torta. Es una torta de chocolate y tratas de terminarla. Podrías quedarte a vivir en ese mundo que estas imaginando y donde la angustia está cediendo.
Llega la noche y nadie llega, la torta no tiene a quien darle su ternura. No tienes apetito y con el estómago vacío te vas a dormir en esa casa vacía en el silencio de un bosque donde ya nadie sale. Cierras los ojos.
domingo, septiembre 30, 2007
El anhelo
Todos los días Matías, rezaba y le imploraba a Dios que se lo llevara. "Tatita mío, si me estás escuchando, te pido que me lleves contigo, no se donde pero no quiero estar más en este mundo. Detesto todo y seguro que eso lo sabrás mejor que yo, que estás siempre presente, en todo momento, en todo lugar, como me enseñaron cuando hice la primera comunión."
Cada noche se repetía el mismo ruego y su pedido, día a día y noche a noche, se fue cargando de una tremenda energía, tanta que atravesó el sistema solar, la Vía Láctea, el universo e incluso como una flecha se clavó y atravesó las paredes del mismo ser de todo lo existente para caer en la mesa de trabajo del mismísimo Dios que leyó compadecido la carta. "Así se hará" dijo el todopoderoso y bastó su palabra para que Matías fuera borrado del mapa, desde ese mismo instante en que una lágrima misteriosa para nosotros los mortales rodara sobre la cara del Señor y cayera en un piso que era como de cuarzo o algo parecido.
Los que habían sido hasta ese momento padres de Matías, llegaron al apartamento desde el supermercado y acomodaron la verdura, las bebidas, el pan, en fin todo lo que sería una compra de la semana. María, su madre, fue a su pieza y no estaba; que habrá sido de este chico pensó pero no quiso decírselo a Mario, su marido y siguió cargando cosas en el refrigerador.
-Qué te pasa, ¿te siento rara?, ¿vas a empezar con lo mismo?
Ella siguió acomodando las cosas.
-Bueno vamos a probar de nuevo con ese nuevo especialista del que tan bien nos han hablado.-le dijo él.
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