1/6/2002
Cuevas del Almanzora, 16: 30, jueves-
Trataremos de ser lo menos hipócrita posible.
Hoy hace ya unos 30 días que estoy en España, en Cuevas del Almanzora.
30/9/2019
En los reguetones siempre están en la playa, mujeres hermosas, atardecer entre palmeras, ríen y ríen, gesticulan con las manos.
Tal vez sea ese el paraíso.
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martes, octubre 01, 2019
jueves, diciembre 04, 2008
La conquista de Tombuctu por Antonio LLaguno
Fue secuestrado, castrado y arrojado en una pieza oscura, junto a otros "castratis",hasta que la herida sanara. Todas las noches recordaría a su Cuevas del Almanzora y luego el secuestro, la violencia y un sueño que se repetía: la perdida de su falo.
Tombuctú, su edificio principal parece un pene, como símbolo del genera castrado que la conquistó. El libro de Antonio Llaguno: La conquista de Tombuctú, es un hermoso viaje a la eterna recurrencia de la intolerancia y la codicia, que generará una épica al mando de un castrati.
sábado, mayo 20, 2006
Cuevas del Almanzora
En Las Cunas, una pedanía de Cuevas del Almanzora, nació mi madre, cuando la fiebre de la plata, iba decayendo. Ella, de nombre Concepción, fue hija del Frasquito y de Manuela, siendo muy pequeña, fue llevada a un pueblo llamado Alvear en el Oeste de Argentina.
Pasaron muchos años y uno de sus hijos, ya viejo, medio cansado, con dos hijos y con la excusa del corralito, volvió a Cuevas, donde lo esperaba el Bartolico y la familia de allá.
Allí, casi sin jurárselo, en un pueblo fatigado por los godos, los visigodos, los fenicios, los judíos, los romanos, los árabes, los castellanos, los rojos, los nacionales y finalmente los andaluces, se prometió retomar la estirpe.
De todos los pueblos que fastidiaron su cerrado valle, Cuevas conservó alguna parte y cuando lo encañonaron, dijo ser del que le estaba apuntando.
Pasaron muchos años y uno de sus hijos, ya viejo, medio cansado, con dos hijos y con la excusa del corralito, volvió a Cuevas, donde lo esperaba el Bartolico y la familia de allá.
Allí, casi sin jurárselo, en un pueblo fatigado por los godos, los visigodos, los fenicios, los judíos, los romanos, los árabes, los castellanos, los rojos, los nacionales y finalmente los andaluces, se prometió retomar la estirpe.
De todos los pueblos que fastidiaron su cerrado valle, Cuevas conservó alguna parte y cuando lo encañonaron, dijo ser del que le estaba apuntando.
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