jueves, noviembre 24, 2005

Punto cuarto del paisaje interno de Silo


"4. Sucede que la mirada ingenua toma al mundo "externo" con el propio dolor o la propia alegría. Miro no sólo con el ojo sino también con el corazón, con el suave recuerdo, con la ominosa sospecha, con el cálculo frío, con la sigilosa comparación. Miro a través de alegorías, signos y símbolos que no veo en el mirar pero que actúan sobre él, así como no veo el ojo ni el actuar del ojo cuando miro."


Impresionante observación acerca de lo que es una mirada, en la mirada está presente la recomendación de mamá para que no me junte "con esa chusma", todos los miedos en forma de "hacé esto o lo otro, sino, no te va a ir bien en la vida,etc".
Hay alguna posibilidad de una mirada que excluya el cerebro, en tanto filtro perverso y maloliente. ¿Una mirada que permita ver las cosas como son y no en relación con mis miedos y conveniencias; una mirada no transaccional, interesada y narcotizada por mis enanos mentales?

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