Gusto absurdo o idiota a contrapelo de otras actividades más rentables;
esto ocasiona ingentes pérdidas económicas y de oportunidades del
desafortunado vocacional, en el caso que sea un obseso con su vocación que
lo puede llevar a perder oportunidades, sus empleos, la buena vida, a su
esposa (en ese orden) y terminar viviendo en un caño, sin dientes, borracho
y acomodando coches en algúna calle, para cobrar propinas que le permitirá
seguir bebiendo y acomodando coches en la calle de los Ministerios de la
ciudad de Almería.
viernes, octubre 19, 2007
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