miércoles, octubre 31, 2007

Cómo trabajar un año y disfrutar diez


A mis abuelos Francisco y Cándido que trabajaron poco y descansaron mucho

Prólogo

Sin los vagos, España no habría crecido tan rápidamente y por supuesto que tampoco sería la industria del ladrillo la más importante; ha sido el espíritu de la vagancia de los británicos, de los alemanes y los nórdicos sobre lo que se ha construido la grandeza turística de España; sin esta vigorosa ansia por tirarse en la playa al sol con el ombligo al viento no solo en las vacaciones sino todo el año el motor de la expansión económica de la Costa del Sol, Almeria y Murcia.
El espiritú festivo, lúdico y alegre de los andaluces, junto al sol, la playa y los bajos precios, han generado un cóctel espléndidos para los amantes de la vagancia, del ocio, del andar de bar en bar, a pura cerveza y tapa. Dificilmente un vago pueda disfrutar lo mismo en un país regido por caras luteranas hipnotizados con la falsa creencia de que a Dios le gusta la gente que trabaja.

Bueno espero que corran a las librerías a comprar el libro antes que se agote o lo prohíban.

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