martes, diciembre 11, 2007

El derecho a la novela propia

Butor decía que detrás de cada francés había una novela en el cajón de la mesa de luz. Decía que la gente filtraba su vida en la maqueta de una novela o lo espejaba en esta ¿No se si soy claro? Una francesa engaña a su marido con el jefe, en el mismo puesto de trabajo, ella, ese día, anticipándose al reclamo, no lleva ropa interior, solo unas medias oscuras y ya todo eso la hace vibrar, como emitiendo feromonas al macho de la oficina. Mientras lo deseado se hace carne, ella fantasea con Madame Bovary, aunque su marido sea un funcionario barrigón y no boticario.
 

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