martes, octubre 25, 2005

El maquiavelo de las relaciones personales

Carnegie es como Maquiavelo, te dice como es la gente pero claro tambien avanza en decirte que sabiendo eso los puedes manipular, pero no llega a ese extremo de decirte eso, tiene su tacto. Dice que hay que elogiar pero no adular.
En realidad cuando leí a Carnegie me di cuenta que me daba resultado para buscar amigos, que en cierta época de mi vida eran escasos o yo creía que eran escasos. Pero casi siempre sobreactuaba, eran tantas las ganas que tenía de hacer amigos que me ponía ansioso y terminaba poniendo ansioso al promisorio amigo que huía.
Creo que Carnegie quería ser escritor; en su libro cuenta que va a ver a un editor con sus cuentos y le va muy mal, parece que de esa experiencia se da cuenta que tiene que ser más diplomático, hablarles de lo que a ellos le interesa y cuando una vez fui a Buenos Aires a promover mi novela, me encontre con una edición usada de Carnegie en la calle Corrientes; lo compré y lo leí antes de ir a ver al que era presidente de Argentores, y creo que lo fui a ver, con el esquema carnegiano y ya no recuerdo si me dio resultado y ni se que le fui a pedir, pero no me fue ni bien, ni mal.
Mi hermano usaba a Carnegie con sus empleados, siempre los elogiaba o los seguirá elogiando, y creo que veía en eso, mas que una manipulación, una forma de sacar de cada uno lo mejor.

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