lunes, enero 30, 2006

Muchas veces para conseguirlo

Los techos de Buenos Aires extraño; es una boludez pero eso extraño. No es por eso que me quiera volver. En Madrid siento como que no pertenezco, como que no formo parte del lugar. Siento que estoy obligado hacer algo, no se qué, para que la ciudad me acepte y que voy a tener que hacerlo muchas veces para conseguirlo.
En Buenos Aires me siento aceptado, siento que puedo estar ahí sin pensar en que lugar estoy, ni permiso para hacer lo que sea, la ciudad es mía y está dentro mío y yo estoy adentro de la ciudad.
Tengo un lugar para mi y lo sé y no tengo que hacer nada para conseguirlo. Es una boludez pero me siento protegido.

Martin(h), monólogo en un video que Martin(h) le deja a su padre


Sostiene Mario Torrea I

No tengo nada que decir, solo que estamos trabajando en la inauguración de estos contenidos.

domingo, enero 29, 2006

Maldita burguesia, maldita sociedad


"Melendi, un músico con greñas de esos que presumen de estar todo el día emporrado e ir en contra de toda norma establecida, protagonizaba una campaña de unas barritas de chocolate? "


Sí, sí, odio el dinero, aunque después salga manejando un Renault Laguna de treinta mil euros, pero es que cualquiera que junte unos 1500 euros mensuales, puede comprar un Laguna. Yo podría andar en un Mercedes de 100 mil euros pero si elegí ese puñetero Laguna es porque lo veo seguro y también, no me voy hacer el estrecho, porque los mierdas de la Renault o mejor dicho los goebbels de la agencia Orbital, que lleva la cuenta Renault, me pusieron mucha pasta para hacer esa mierda que hice y que ahora todos mis amigos punk me critican, dicen que soy un simulacro, dicen por cierto, sin mucha astucia, lo que dice la publicidad, eso de que a todos nos gustaría vivir bien y aparece un gorila relaciones públicas cuidando mi Laguna. Puede que les hubiera gustado otro spot publicitario donde atropello viejitas que cruzan la calle, puteo al que me hace una mala maniobra cuando conduzco, me fumo un porro mientras espero la luz verde, me hago hacer una fellatio con alguna fans punk que me espera en el camarin, me esnifeo en todo momento. Pero digo yo, ¿qué coche se puede vender con esa imagen, tal vez más real de lo que soy? Puede que por eso a Melendi lo llamaron para un chocolate y no para el Laguna, yo hago lo mismo que él pero de puertas para adentro, siguiendo como Bisbal las estrictas recomendaciones de mis RRHH.


Juro que nunca me contaron que esa publicidad iba a ser tan mierda, tan mierda que me ha bajado la venta de entradas en los cuatro o cinco conciertos que llevo. Yo aparezco y empiezan a chiflarme, no todos por supuesto e incluso me piden que cante esa jodida canción de la publicidad, tengo que decirles que yo no la hice, pero se enojan más, están todos esnifados hasta el cuello y empiezan a tirarme cosas. Mi coche ya no puedo dejarlo cerca, la otra vez unos fans, cuando fue lo de Barcelona, me lo rayaron todo, lo escupieron, rompieron el vidrio y defecaron adentro, horrible, si horrible.

Después de grabar el spot publicitario y con la cara todavía llena de maquillaje, el equipo que habia trabajado en la publicidad me invitó a cenar al Zalacaín de Madrid, donde me querían exhibir como trofeo de guerra a otros colegas de la publicidad que infestaban el lugar. Además el director de creatividad, era un plomazo que estaba cada dos minutos contando un chiste, haciendosé el inteligente citando a Mc Luhan, Becket o Borges, o queriendome explicar el significado profundo de la estúpida frase “Seamos sinceros, a todos nos gusta vivir bien”, y creo que no hay gente mas pelmaza que esa. Además pretendía convencerme que había sido punk hasta que papito lo metió a estudiar una licenciatura en derecho, cuando terminó derecho fue a verlo a papi y le dijo que su camino era el arte y yo estuve a dos rayas de whisky que me faltaban para decirle que eso que el hacía no era ni por las tapas arte, pero me contuve, sí me contuve.

Se acercó a la mesa un tal Rafel Muñoz que parece que había descubierto la veta de los mensajes antisistemas para hacer dinero, un contrasentido que a un tipo normal lo hubiera llevado al manicomio o azotarse por inmoral, pero el tipo estaba maravillado de haber logrado que gente como mi amigo Melendi hubiera aceptada alguna de estas miserables proposiciones, yo lo entiendo a Melendi, que tiene de malo sacarles un poco de perras a esta gente, si despues vas a seguir con la tuya; o supongamos que fue una debilidad, que de golpe el demonio lo tentó con doscientos mil euros o que se yo, y dijo, bueno con esos doscientos mil euros, no hago giras por un año, me tomo un año sabático y me voy a vivir a Tanger y alli compongo sin que nadie me moleste.
Hay un fans que me sigue a todos los recitales solopara insultarme, tirarme cosas y decirme traidor, todo por lo del Laguna y yo le diría que los artistas no somos santos, que somos de carne y hueso, y que hay veces que se nos ocurren cosas y las escribimos y las cantamos y la gente delira con nosotros o se siente bien o se siente mal, pero todo lo que hace lo hace con el sabor de la autenticidad y bueno luego que tu le has dado todo eso, a veces por nada, si por nada, por comprar por comprarlo en un top manta o peor aun lo bajan de internet y desupes los caraduras creen que vivimos del aire y se ponen en moralistas.

Casi al final de la cena, Daniel, el ejecutivo de cuentas, me ofreció aparecer en una publicidad interactiva, nombre que le dan a la mierda aburrida que hacen para Internet, saldría sentado en un sofá negro sacado evidentemente de la metamorfosis de Kafka por que sus patas se asemejan a las de una cucarachas; en una palabra siendo yo la cucaracha que decide ser sincero, es decir vivir bien y dejar de putear al dinero. Dije que no, que por el momento paso y hoy ty hasta el fin de los días estaré contento de mi decisión que resto unos cuantos miles de euros en mi cuenta bancaria, pero que hubiera significado perder toda credibilidad ante mis fans, aunque yo no los llamo fans y nunca he aceptado esa cosa marketinera de tener un club de gilipollas que andan con tu bandera y que rinden culto a todo objeto que usas, incluida la escupidera.

Ahora gracias a Orbital me reconocen en todas partes, me paro en un semáforo miro a la derecha y unas chicas ponen a tope mi ultimo cd y me hacen gestos con el dedo, que me meta el dedo ya saben donde, cierro el vidrio lentamente, cuento hasta diez, me digo que debo calmarme y por supuesto no lo logro y termino puteandome con las gilipollas.

He vuelto del medico con Leotanil que tengo que tomar cada vez que sienta fobia social. Lo peor es que mientra tome el Lexo, no puedo beber mucho, no puedo scnifarme y tirarme algunas rayas, menos por supuesto, me dice lisergico o mescalina. Lo único que pueso es una que otra vez darme con un porro, pero con merca de buena calidad y cuando le dije que allá en Mojacar se consigue el chocolate mas puro, el caradura me pidio una muestra para estudiarlo.

Antes de la maldita publicidad de la maldita sociedad, y durante diez años me he vestido de punk solo para los conciertos pero despues soy un tipo normal. ¡Pero qué que pretenden que vaya a buscar a mi hija de 9 años con los pelos rojos, con cadenas y pintado! Eso es insostenible, sería el hazme reir de mis hijos y ademas no me dejarían entrar al barrio privado que me compre a solo dos kilometros de la playa de Mojacar.

Por recomendacion de mi médico, que quiere probar el cholate o se hace el moderno diciendo que fuma mariguana cuando esta muy cansado, ahora practico Golf, me voy a un campo que está a solo unos diez kilómetros de donde vivo, se llama Desert Spring y casi todos son ingleses. De paso pensé que me vendría bien para mejora mi ingles, incluso las clases de aprendizaje me las dio un inglés con el que después fuimos a tomar una copa en el bar. Allí me conocían poco por lo que los temas de conversación fueron absolutamente confusos y superficiales, entre que yo no los entendías y ellos menos a mi. Volviendo al Golf, la verdad que lo disfruto, y no lo hago por una cuestión de estatus, sino para pegarle a la pelotita y arrojarla a su destino.

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sábado, enero 28, 2006

Hablar bajo el agua



Hay gente que daría todo de sí para encontrar la persona que los convierta en víctimas. La búsqueda por más afanosa que sea, da casi siempre resultados parciales y además los victimarios terminan desilusionando a la víctima, vienen peleas, la ruptura y una busqueda de otro victimario.

La vida puede convertirse en una continua búsqueda de victimarios, seguido de encuentro, idealización, decepción y una rueda que se repetirá hasta la muerte en forma natural o en manos del victimario. Sin el victimario, la gente pelea con fantasma y siente que hay un castigo interno que nunca se concreta y que se convierte en angustia, depresión, hasta llegar al suicidio.

El victimario es el medium para que nuestros fantasmas lo habiten. El victimario debe cargar con los peores fantasmas, los mas violentos, aquellos que cortaron con toda nuestra ternura y nos convirtieron en objetos necesitados de castigos para poder sentir que estábamos vivos. Por tal motivo el victimario a su manera nos ayuda a disfrutar de la vida, cuando lo que estamos buscando es sentirnos manipulados, usados, oprimidos y engañados.

El victimario sabe perfectamente su función, y apenas nos ve, se da cuenta a que venimos y prepara su látigos y la chaqueta de cuero; si sabe dosificar el castigo sin sofocarnos, nos conservará a su lado mucho tiempo; pero las cosas no son estáticas y la víctima tambien disfruta con el reproche.

Lamentarse y aunque parezca redundante sentirse víctima es parte de la condición de víctima. No basta llorar en la noche o contarle a los amigos, cómo nos utilizan, cómo nos timan, se hace necesario que se lo digamos al victimario y la víctima termina perdiendo el respeto al victimario; ya no cae tan fácilmente en sus manipulaciones; esto va produciendo que el victimario, que necesita sicológica pero más económicamente a la víctima, comience a fastidiarse de un sujeto que se ha vuelto insoportable y saltón. Además el victimario odia a la gente follonera que hace desplantes y lanza gritos adelante de sus clientes.

La víctima está acumulando demasiado odio contra su victimario y sabe que el mayor placer puede ser destruirlo, hablemos claro, pasarle una daga por su cuello y dejarlo desangrando frente a su negocio, aquel que es el emblema en el pueblo de su progreso, de su ascenso social, de haber dejado de ser el hijo de un obrero albañil en un pueblo de señoritos, para convertirse en empresario y además director de la banda de música del pueblo.

Son las once de la noche y nadie ha visto nada, hay unos negros acurrucados en la plaza pero han hecho como que no vieron nada, bastantes líos han tenido ellos, para llegar a un pueblo que los trata con racismo e indiferencia.

El victimario esta tirado en el piso e intenta levantarse aferrándose a las persiana de su empresa, la sangre borbotea por su cuello, pero tiene la fuerza de sacar el móvil y pedir ayuda. Alguien le responde al victimario pero este no se hace entender, su voz parece como si hablara por debajo del agua.

-Pero es que no te entiendo- le dicen del otro lado de la línea. Vuelve el victimario a caer y el móvil se desprende de su mano, el golpe ha disparado una música polifónica que le evoca su último recuerdo, cuando entró a la banda musical de la cofradía con siete años, allí está radiante, feliz con su tambor,y vestido de uniforme con una gorra militar enorme que apenas puede sostener.
La victima sube las escaleras del parque de la glorieta y se aleja por la calle Barcelona. Pega su último vistazo a las luces de neón y al victimario convertido en objeto inerte.

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viernes, enero 27, 2006

El hombre de la mascara

-Lo que me molesta es que parece que le estuviera hablando a una máscara. Nunca sé realmente si lo que me decís es real o lo estás acomodando a tu conveniencia. Siempre estás filtrando, cortando lo espontáneo, y la verdad que todavía después de cuatro años no sé como sos realmente. Fijate que a Mariano que hace solo unos meses que trabaja con nosotros, ya nos hemos ido a tomar unas cervezas y nos hemos contado nuestras cosas.

-Esta es la tercera vez que me decís lo mismo.

El ultimo fotograma: segunda parte

Los procesos de dilapidación
son desmoronamientos organizados

Emily Dickinson, 997


Mario Franco sufría de Párkinson que afectaba su faceta seductora. A Mario le gustaban mucho las mujeres y el cine de autor, escribía notas en diarios y revistas, era profesor de sociología, usaba una cruel ironía en los bares, vendió perfumes, fue echado de la facultad por comunista, se casó, se divorció, tuvo muchas parejas, tuvo novias, se reía mucho, seseaba cuando decía Althuzzer, mucho café, poca cátedra, mucha piscina de la Universidad para mirar a las estudiantes en bikini, tuvo un dodge 1500 y hasta un cine.

Ya casi no salía. Seguía temblando como el Papa. Pudo ser muchas cosas, pudo, pudo, pero en 1976 llegó el innombrable y lo mandó a vender perfumes por las farmacias de Mendoza. Su ironía se volvió cruel en los que caían por su mesa de café.

Quiso, quiso, escribir una película de Lencinas, un amigo de los pobres, eso decía Raul Silanes quien contó que Mario le llamó una vez, a las tres de la mañana. Había leído sus dos novelas "Devolución de babel" y "Ajicito", y queria usar uno de sus personales para la película acerca del asesinato de Lencinas. "Y para eso me despertás grandísimo cabrón", le dijoRaúl furioso pero contento de conocer que hay gente que no solo la mueven los cargos académicos y políticos, como los amigos de Franco. Mario se exilió dentro de un puercoespín, pero sus amigos sólo estaban esperando y puede que pensaran que el golpe los encontró en el lugar equivocado.

Cuando cayó el innombrable, los amigos de Franco se pisaban entre ellos -como en las ofertas del Corte Inglés- para ver quien llegaba primero a los cargos de directores de proyectos del Pnud, Unesco, Cepal, Oea, Unicef y otras siglas. Elaboraron a carradas "papers" informando lo obvio: la pobreza, la infancia pobre , la educación pobre, el extremo analfabetismo, la delincuencia y la dependencia a EEUU en America Latina; con los papers aprobados por sus jefes y el cheque en camino, se fueron a sus casas, donde en pantuflas arrellenados en sus sofas veían su programa favorito por cable.
Pero Mario siguió exiliado y se arropó en sus bromas macabras, en un Althuzzer patético y en su proyecto Lencinas que tenía en su cabeza.

Silanes nunca vio un fotograma ni nada parecido de su supuesta película, salvo borradores de una especie de story board que dibujaba él mismo a mano en servilletas sacadas de las mesas de los bares).
-Me contaba una escena - sostiene Silanes- y yo que soy bueno para darme manija en ese sentido, le decía que metiera tal o cual cosa y nos extendíamos en una charla de "imaginero"" por tres o cuatro horas, totalmente sacados de la realidad circundante (circundante es una palabra de mierda), mejor dicho, reinante (tampoco), la realidad de los demás, sería exactamente lo que sucedía.

Para Mario algo no había vuelto, sí teníamos democracia, juzgaban relativamente a los innombrables, el discurso de los políticos estaba siempre cruzado de referencia a los desaparecidos, pero el notaba que no era lo mismo, que "algo" faltaba. No sé, no sé. Algo, algo que ya no encontraba en su ambiente, porque "eso" estaba y dejo de estar, muy simple, y aún con la democracia "eso" no volvió, entonces para que salir del exilio, en el exilio siempre hay la esperanza de volver, por eso yo, Mario Franco, mantengo mi exilio y el peor de los exilios el interior, ando por las mismas calles, tengo la misma cara, la misma sonrisa, pero ellos no saben que yo estoy exiliado.

En la noche del 18 de noviembre, Mario, sin avisarle a nadie, sale volando por la ventana.

No ha entrado en ninguno de los agujeros de luz de los que hablan algunos libros. Tiene puesto sus anteojos, su mismo pelo, su camisas de manga corta hasta en invierno, esos zapatos tipo mocasines con hebillita plateada. Y está con su maletín, sus pantalones marrones con el ruedo hecho pelotas. Nadie lo puede recibir porque Mario sabe que la nada no existe.

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No filtering no service


Año 2006, el anciano Adolf Hitler gobierna de nuevo Alemania con mano de hierro. Sigue siendo un dictador, y vive poniendo reparos a la hegemonía de Inglaterra en la Unión Europea, tampoco acepta los protocolos europeos referidos a garantías en el ejercicio de la libertad de prensa.

Bruselas ha ido cediendo, uno por uno todas las demandas de Alemania. Hitler siempre aclara que no es el mismo, porque han cambiado las circunstancias y saca a relucir el tratado humillante de Versalles y los compara con el posterior a la segunda guerra mundial.
-EEUU nos trató muy diferente que nuestros vecinos Franceses, pero dejemos que los muertos entierren a los muertos -termina diciendo y le da un abraso a Jacques Chirac, mientras lo acompaña a recorrer la esta mega feria mundial del video-juego celebrada en Hamburgo.

En la Alemania de Hitler toda inversión de capitales debe contar con la firma directa de Adolf, o mejor dicho todo contrato que supere los 1000 millones de Euros lleva la firma del canciller y Adolf no quiere ninguna página ofensiva sobre su persona donde lo tachen de criminal por tener la ley de eutanasia mas avanzada de Europa, como él se vanagloria, o de antisemita porque le ha puesto de nuevo regulaciones al capital usurario judío o del origen que sea y que está de nuevo ahogando el desarrollo de Alemania.

Cuando Adolf vio en la feria el Call of Duty 3, corrio al stand de Activision y se puso a jugar; las cámaras no dejaban de disparar sus flashes con la imagen del hombre más poderoso del mundo riendo y jugando en una consola -box. La foto dio la vuelta del mundo acompañada de sus declaraciones de que quería poner freno al libertinaje que había en Internet y que ofendia al pueblo alemán, por todo lo demás, aclaró, le doy la bienvenida a todas las empresas tecnológicas que quieran instalarse en nuestra patria.

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