Lo metí en la historia y le pedí al del bar que pusiera a los dioses de la ira.
Y hoy, recién, hace dos horas, ahora son las 330, pensé en proponerse el fracaso, con ahínco, redoblar la apuesta de ese cliché de Beckett, de fracasa mejor, más gastado que el falso ladran Sancho.
Hay tanto trillado en lo que escucho, lo que leo, que la lluvia debiera seguir cayendo.
Pensé en hacer algo, de lo que temo el fracaso a corto o largo plazo, o el fracaso inmediato.
Y me dije lo voy a hacer ara fracasar, no mejor, para fracasar, intentar el fracaso y darme por realizado.
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