Mendoza sucumbió en pocos.minutos a su irascibilidad,a su falta de estoicismo y no tuvo ni en consideración a los feligreses que rezaban debajo de los muros de piedras, gigantes bloques de granito cayeron sobre la.multitud, aplastaron al cura, los monaguillos, a la mujer que exorcisaba su daño en el confesionario.
Y las dos madres se han sentado en otra mesa y las dos hijas en la otra. En ambas mesas conversan y desayunan, ¿de que hablan?
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