Considerame

Yo considero y alguien no lo hace. Lo primero es activo y lo segundo pasivo, no depende de mi. Entonces me ofendo y ofendo. Llego a lo de mi madre y le cuento.

Es que no estás acostumbrado a dar, me dice y me sirve un postre que me ha preparado.

La hendija

El error de Kant, Husserl, Hegel,los postmodernos, el pedófilo Foucault y mi amigo Benenati, es creer que la conciencia o un telescopio es más importante que las galaxias.

Antonio indaga  se fascina estudiando el ojo, más importante que lo que el ojo observa.

A diferencia de las ciencias experimentales atribuir más valor al medium que a la realidad.

Observar la conciencia mientras esta observa la realidad.

Indagar la representación, ver cómo en Matrix o los 12 pasos de Silo que hay más allá de la representación.

Llegar al punto ciego, subir la estrecha escalera del cine para entrar a la sala deq proyección.

Búsqueda que empezó muy joven, cuando lo visitaba en la casa chorizo de la Cuarta.

Hoy, hace unos meses, en un café, el Liverpool, mientras me interpelaba por mi gqiro al liberalismo, seguía buscando el punto, la hendija por dónde entrarle a la conciencia.

No lo había conseguido.

Oriente

 Hace un siglo dos hombres viajaron a Oriente, uno desde el mismo Oriente en una travesía de años, el otro un periplo turístico por la India.

El primero llegó a Rusia con fragmentos de una enseñanza desconocida y el otro admitiendo su fracaso  se enroló en las fuerzas del despertar del primero.  

Yo, hoy 24 de marzo de 2025, a las 1145 de la mañana en un café al frente de Carrefour, Ondinas, siento a veces cierto murmullo, cierto llamado en esa murmuración pero que pronto se disipa en mis deseos de ser exitoso con las mujeres, el dinero y la literatura.  

Hoy sigo sin saber que hacer, con ráfagas de ciertos palpitos, cierto entusiasmo que me llama a salir a buscar algo, la verdad, la vida, la eternidad, el amor.

Trapecio

La imaginación, después de la aurora boreal, se intensificaba al punto que era peligroso cruzar las calles y ser arrollado por ciclistas, tranvías, taxis.

La arrolladora imaginación detenía Yermania, los rostros perdidos, al punto de prohibirse las actividades peligrosas, los vuelos tripulados, las acrobacias circenses, en especial los saltos desde los trapecios, para aferrarse a manos distraídas.

Agobio, exclusión, amor

 

Escribo para que me amen.

Mentira más grande que un colchón King.

Hoy pensé otro nombre para mí novela, Los agobiados. 

Acaso no es lo que viven sus personajes. Los empleados de Chango mas en la playa con sus celulares, las empleadas de las boutiques, yo, no tanto, el padre que va y viene 10 veces al día llevando, trayendo a su hija agobiada, de Jockey, clases de guitarra, escuela de doble escolaridad.

Algarrobo

Ayer me tope con una película que hablaba de un escritor yanki y me nació unas ganas de volver a lo mío, escribir que no es autoconocimiento, ni programar.

La película era inmensamente cursi.

Y pienso que la felicidad es una sustancia que por obvias razones habita el presente.

Que no la podemos invocar, ni fabricar.

Allí está como atisbo.

Y mañana estaré muy cerca donde estaba la sustancia.

Escribir

Ese cencerro interior, el mismo ruido en los oídos de un caracol de living de un aviador.

Escuchar el temblor del ruido.