sábado, febrero 17, 2007

Borges y el pequeño Bioy

He hojeado el diario de Bioy, dedicado a su maestro, y encontramos a un Borges, demasiado venenosos, egocéntrico, reaccionario, inconsistente en lo personal, arrivista, acomplejado y lo más fantástico, que aún así con toda esa ponzoña e infelicidad encima, ese organismo destile literatura de muy buena catadura.

La infelicidad, los complejos, la falta de dinero en un ambiente de ricos, fue terrible para Borges; no tanto para Bioy que renuncia a ser un niño rico, las tenía todas para serlo y acompañar a su maestro.

Dentro de cien años, Bioy será más leído por la gente que su maestro. Leer a Bioy es una cosa impresionante de divertida.

jueves, febrero 15, 2007

adictos al ocio

Es una enfermedad que va creciendo; es un cáncer que tenemos que radicar y tomar conciencia de que si hoy tenemos la calidad de vida es porque cada uno de nosotros trabaja y brinda algún servicio para el prójimo y por ello recibe una paga.

Los adictos al ocio, mientras mueven las maquinarias, llenan formularios, atienden teléfonos o salen con su sonrisa a vender un nuevo dispositivo para las pajarerías, están oscuramente pensando en no hacer nada y la peor tentación, al menos para los comerciales, son los bares.

"Uno entra a esos bares de pueblos y siempre los vas a encontrar, con sus corbatas, sus camisas muy blancas pero gastadas, tomando un café, dejando que el tiempo pase sin hacer nada." me dijo una vez un adicto al trabajo, en referencia a esta gente ociosa.

Son muy tramposos, solo piensan en dejar de trabajar. Estudian las leyes de la seguridad , las cuasales de las bajas por discapacidad, accidentes laborales, buscando un resquicio, un fallo para lograr escapar del trabajo.

A este ritmo, serán muy pocos los que trabajen, y con ello las cajas de seguridad social no podrán sostener a los retirados, los hospitales colapsarán y por supuesto tampoco habrá dinero para las balas y los sueldos de los policías. Pequeño detalle: ¿Quién pagará los sueldos de los profesores?

Los adictos al ocio, son una plaga, una epidemia que si la dejamos crecer, destruirá las bases mismas de nuestra civilización.