jueves, julio 11, 2024

1358, garrapiñada


Desde aquí veo a un señor preparando la garrapiñada, me acabo de comer una hamburguesa Mostaza y lleno de padres con sus chicos de vacaciones y los jóvenes atendiendo, sonríen y ¿Qué esperan de la vida? Habrá chicos de su edad que estarán ahora en Harvard o en un colegio bilingüe en Pilar sabiendo que una nave los lleva a un futuro donde ocuparán los mandos de los que mandan y nunca conocen lo que es trabajar en un Mostaza 

miércoles, julio 10, 2024

La poronga de la intemperie

Esta intemperie no es la intemperie de la gente limpiando un auto, trapitos cuidando coches, F vendiendo kajaks a 1 grado bajo cero, un joven limpiando  los vidrios del bar donde me acabo de tomar un café con leche, y el centro de Mendoza, ahora a las 1130 con calles donde solo hay ópticas y ópticas y más verdulerías y kioskos con revistas de hace diez años y las tiendas de celulares y los bares de café y tortitas y ese es todo el centro frío.
Pensé que si lo corporal es redundante,que todo sería más fácil si fuéramos 100% digitales y entonces pensé en un #cuento dónde se vive la migración persuasiva de la gente a la digitalización mientras un hombre de barba, viejo, le acaban de decir que solo quedan raspadas y pide explicaciones y pide pinchada.

Las puertas de la percepción

Hoy martes 9 de julio me olvidé el celular cuando fui al parque y se me abrieron las puertas de la percepción, vi todo distinto, más real.
Voy a ir a Alvear, a una cabaña sin el celular, pensé, me voy a convertir en el único habitante de la tierra que no usa celular.

martes, julio 09, 2024

Neruda, in desmemoriam

Recién acaban de borrar de una página de una librería García Santos,mi comentario de Neruda,que fue este:
Camarada Stalin, yo estaba junto al mar en la Isla Negra, /descansando de luchas y de viajes, /cuando la noticia de tu muerte llegó como un golpe de océano”, dicen los versos. “Hay que aprender de Stalin /su intensidad serena, /su claridad concreta”, dicen. La muerte del temible dirigente soviético ocurrió el 5 de marzo de 1953, hace 70 años. Los versos son de Pablo Neruda.

lunes, julio 08, 2024

El último Cowboy, cuento que les va a gustar, pasen y lean

Hay dos versiones de mi cuento Nadie, mi primer cuento que fue publicado por el diario Mendoza en 1981. Me gusta más la primera versión, ahora en mi estado gombro. Ustedes vean cual les gusta más.

Nadie versión corregida a la que le cambié el título por El último western
La ruta era pura desolación, a sus orillas se extendía una escasa vegetación de hambrientos y desnutridos arbustos. Arañas y lagartijas cruzaban el asfalto y algunas aplastadas por las cubiertas crujían como último grito de muerte. En el fondo elevadas montañas delimitaban aquel paisaje árido.
Iba camino a su casa en un pequeño pueblo el que sobrevivía gracias a su agricultura alimentada por un río cercano y la mano del hombre construyendo represas, diques y zanjas.
La radio encendida y el fuerte sol de frente evitaban que se durmiera en ese aburrido paisaje. Había pasado una semana alejado de su hogar, visitando almacenes en pequeñas poblaciones. Viviendo en pensiones y comiendo en malolientes fondas. A pesar de todo, su trabajo de viajante le gustaba. Había elegido vivir lejos de las grandes ciudades recorriendo pequeños pueblos cada vez más pequeños y decadentes pero que conservaban el encanto de viejas gasolineras y bares congelados en el tiempo.
-Cuando me case – se prometío hace muchos años -me iré e vivir a un pueblo pequeño donde al despertarme pueda contemplar montañas multicolores y respirar aire helado.
Dobló a la derecha, era el último tramo, dos kilómetros de tierra. Una densa nube gris se levantaba en las espaldas del pequeño Fiat. Comenzó a toser y a levantar los vidrios. Aquello no lo disgustó, tal vez por el recuerdo de su querida esposa y sus dos hijos que pronto vería.
Al llegar lo impresionó la soledad de aquel poblado, ningún auto circulaba y sus pequeñas veredas estaban vacías.
-Seguro que están todos viendo televisión –pensó riéndose.
Siguió camino hasta su casa, ubicada en un barrio construido recientemente, antes alquilaba un incómodo departamento en la ciudad. Observaba aquellos caños de aluminio en forma de cruz que surgía de todas las casas como pequeñas capillas.
-Este juego de ropa interior le va a encantar a Bettina- se decía mientras bajaba de su auto una pequeña caja y su maletín.
Abrió la puerta pero no encontró a nadie en el living, el televisor se escuchaba desde el dormitorio, caminó sigilosamente con aquel regalo en su espalda. En el dormitorio tampoco estaba ella. Recorrió toda la casa pero no encontró a nadie.
El enorme perro negro garrapateaba la puerta y ladraba. Al abrirle la puerta, se lanzó ansioso sobre él.
-Está bien Diablo, está bien, aIgo habrá para que comas- le decía mientras buscaba su alimento.
-Ya deben estar por llegar, seguro que fue a buscar los chicos al colegio- aquel pensamiento lo tranqui1izó un poco.
Un baño lo renovó, estaba muy cansado. fue a su dormitorio. Dejó aquella pequeña sorpresa en la mesa de luz y encendió un cigarrillo. Ere una pel1cula romántica, pero, qu6 arecida a su Bettina, la protagonista. Se lo contaría cuando la viera. Las imágenes del televisor le fueron desdibujando en sus pupilas.
Cuando despertó estaba anocheciendo pero su familia no habla llegado. ..
-Mis vecinos deben saber algo- pensó y se dirigió a su casa. Tocó timbre pero nadie salió, la puerta estaba abierta, entró. Le pareció sentir la voz de su vecino en la cocina.
-Señor Jorge Macedo cuál considera que son las medidas económicas necesarias para solucionar la grave crisis.- preguntó el periodista en la pantalla a su vecino que parecía que lo estaban entrevistando.
Le impresionó ver al vecino en la televisión y la postura tal vez muy académica. Ingresó en otras casas vecinales, pero todas estaban vacías.
Todas sus llamadas telefónicas fueron inútiles.
Comenzó a sentir los latidos de su corazón. Sus manos temblaban. Tomó un auto y salió de aquel pueblo fantasma. Nadie circulaba en las rutas y caminos. Se fue a la ciudad, distante a unos veinte kilómetros. Allí tampoco había nada. Preso de un fuerte temor escapó a sus soñadas montañas, lejos de aquel silencio sepulcral.
Esa noche durmió en su auto. Hacia mucho frío, amanecía, encendió el motor para hacer funcionar la calefacción, y se sirvió café que quedaba en el termo.
Recostado en su asiento recordó a los Testigos de Jehová anunciando el fin del mundo. Recordó también viejas novelas de ciencia-ficción donde flotillas de platos voladores destruían la humanidad. La angustia y el aburrimiento le pesaban mucho, encendió el televisor portátil que llevaba en el baúl.
Hacía dos días que cabalgaba por aquellas agrestes e inmensas montañas. Era el Cowboy más temido de Texas. En las laderas se extendían inmensos árboles, en el valle un lago azul lo esperaba para calmar su sed.
Nadie versión original

Nadie

La ruta era pura desolación, a sus orillas se extendía una escasa vegetación de hambrientos y desnutridos arbustos, arañas y lagartijas cruzaban el asfalto, algunas aplastadas por las cubiertas crujian como último grito de muerte, en el lfndo elevadas montañas delimitaban aquel paisaje árido.

Iba camino a su casa en un pequeño pueblo el que sobrevivía por su agricultura alimentada por un río cercano y la mano del hombre construyendo represas, diques y zanjas. 

La radio encendida y el fuerte sol de frente evitaban que se durmiera en ese aburrido paisaje. Había pasado una semana alejado de su hogar, visitó pequeñas poblaciones y almacenes. Vivió en pensiones y comió en malolientes fondas, A pesar de todo todo, el trabajo de viajante le gustaba.

 

  Habla elegido vivir lejos de la ciudad. Cuando me case-decía hace muchos años- me iré a vivir a un pequeño pueblo donde al despertarme pueda contemplar hermosas montañas y respirar aire puro. 

 

  Dobló a la derecha, era el último tramo, dos kilómetros de tierra. Una densa nube gris se levantaba en las espaldas del pequeño auto, comenzó a toser y a levantar los vidrios. Aquello no lo disgustó, tal vez por el recuerdo de su querida esposa y sus dos hijos que pronto vería. 

  Al llegar lo impresionó la soledad de aquel poblado, ningún auto circulaba y sus pequeñas veredas estaban vacías. Seguro que están todos viendo televisión pensaba riéndose 

 

  Siguió camino hasta su casa, ubicada en un barrio construido recientemente, antes alquilaba un incómodo departamento en la ciudad. Observaba aquellos caños de aluminio en forma de cruz que surgia de todas las casas, parecian  pequeñas capillas. -Este juego de ropa interior le va a encantar a Bettina- se decia mientras bajaba de su auto una pequeña caja y su maletin. Abrió la puerta pero no encontró a nadie en el living, sin tió el televisor en su dormitorio, caminó sigilosamente con aquel regalo en su espalda. En el dormitorio tampoco estaba ella. Recorrió toda la casa pero no encontró a nadie. El enorme perro negro garrapateaba la puerta y lanzaba fuertes ladridos. Al abririe la puerta, se lanzó sobre él. 

 

  -Está bien Diablo, está bien, algo habrá para que comás le decía, mientras buscaba su alimento. Ya deben estar por llegar, seguro que fue a buscarlos al colegio. - aquel pensamiento lo tranquilizó un poco. 

 

  Un baño lo renovó, estaba muy cansado, fue a su dormitorio. Dejó aquella pequeña sorpresa en la mesa de luz y en cendió un cigarrillo. Era una pelicula romántica, pero, quê parecida a su Bettina, la protagonista. Se lo contaria cuando la viera. Las imágenes del televisor se fueron desdibujando en sus pupilas. 

  Cuando despertó estaba anocheciendo pero su familia no habla llegado. -Mis vecinos deben saber algo-pensó y casa. Tocó timbre pero nadie salió, se dirigió a su la puerta estaba abierta, entró. Le pareció sentir la voz de su vecino en la cocina. -Señor Jorge M. cuáles considera que son las medidas económicas necesarias para solucionar esta grave crisis económica preguntó el periodista en la pantalla. Le impresionó la respuesta de su vecino, tal vez muy académica para su escasa cultura. 

  Ingresó en otras casas vecinas, pero todas estaban vacias de seres humanos. Todas sus llamadas telefónicas fueron inútiles. 

  Un frio sudor comenzó a deslizarse por todo su cuerpo. Sentia los latidos de su corazón. Sus manos temblaba. Tomó su auto y salió de aquel pueblo fantasma. Nadie circulaba en las rutas y caminos. Se encaminó a la ciudad, distante a unos veinte kilómetros. Alli tampoco había vida humana. Preso de un fuerte temor escapó a sus soñadas montañas, lejos de aquel silencio sepulcral. 

  Esa noche durmió en su auto. Hacia mucho frio, comenzaba a amanecer, encendió el motor para hacer funcionar la calefacción, y se sirvió un poco de café frio que quedaba en el termo.  

  Recostado en su asiento recordó aquellos fanáticos seguidores de Jehová lanzando aullidos apocalipticos. Recordó viejas novelas de ciencia ficción donde flotillas de platos voladores destruían la humanidad. La película de Orson Welles y la bomba de neutrones. La angustia y el aburrimiento le pesaban mucho, encendió el pequeño televisor que guardaba en el baúl. Hacia dos días que cabalgaba por aquellas agrestes e inmensas montañas. Era el Cowboy más temido de Texas. En las laderas se extendían inmensos árboles, en el valle un lago azul lo esperaba para calmar su sed.

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Lunes, 17:57, 8 de julio de 2024

 Ahora escucho a Ceratti y se me ocurrieros dos cuentos;

#cuento La muerte como eternidad sin puertas ni ventanas. Pensé que cuando morimos entramos a una eternidad sin pueertas ni ventanas. Permanecemos hasta siempre conversando con nosotros mismos, sin poder saber si ese estado es doloroso, si estas todo el tiempo consciente con pensamientos que van y vienen, con preocupaciones o indagaciones que van y vienen. Un  estado de eterna divagación, donde el agotamiento produce el colapso del sueño y en el sueño nuestra consciencia sigue con sus divagaciones pero sin saber que está muerto, al despertar recuerda sus sueños y sigue asi recordando lo que ayer recordó, recordando también los sueños, el estado de diurnidad puede durar horas, dias o tal vez años, no sabemos y lo mismo los sueños que son prolongados, tanto que los mundos creados en los sueños adquieren tremendo efecto de realidad.

#cuento 2  Napoleón Bonaparte murio a los dos años de varicela en Córcega y no se cumplió lo que una adivina del pueblo le había presagiado, que iba a ser un general del Imperio Francés y que crearía la dinastía de los Bonaparte. Hoy reina Luis 24 y acaba de anunciar su separación de Martina de Alzada una argentina que conoció en la Universidad de Vincennes donde ella estudiaba relaciones internacionales y el ciencias políticas, ella acaba de viajar a la isla de Córcega y está frente a la tumba del niño Napoleon venerado por los corsos mientras se toca el cuello donde ha aparecido una linea ardiente de la que empieza a manar sangre y allí esta tirada en el piso, agonizando.

Hoy pienso que no puedo poner todas las mentiras que digo, por ejemplo, no no voy a dar ejemplos, sigo dudando de este diario, me afecta el qué dirán.

Tampoco puedo contar el sueño que tuve.


Lunes 8 de julio

Son las 10:22 y en un bar de la calle San Juan, una mujer habla de fisio, del viernes pasado, de un peluche que terminó, de que tiene algunos agujeros, pero.. , y interior, comprando telas, coser con la maquina (ruido de vasos que acomodan después de lavar. Risas. Habla con cierta lentitud que producen los sicotrópicos y que algún tiempo escuche sus tormentas mentales. 
Al lado dos mujeres rien, el ruido de la máquina de hacer café lanza como relinchos y la gente que conversa.