domingo, agosto 11, 2024

Domingo, creo que 10 de agosto de un resplandor que no me deja escribir en el Bar Sofia con gente que no puede despegar sus cristalinos de los celulares

 


Ayer fue la presentación de Da tu palabra y estuve muy nervioso, mi mano izquierda parecía estarlo aún más.

Me lo dijeron mis alumno colegas penitentes del mal arte de escribir lo que no se puede escribir.

"La otra vez estuviste más suelto", y si, me justifiqué, el auto que recien me lo repararon un minuto antes y la llegada del mecánico el evento con Vanina y que se fueron juntos y yo quedandome pensando en que debiera haberlo invitado, me encantaría.

Recien me llama mi madre para que nos juntemos al mediodia, y me encantaría.

Ahora en el bar con la portatil, luego de ayer de haber leido Tombuctu de Kordon y la frase del inicio, d de lo inesperado de viajar, que le leí a Marcelo de la Alameda que me prestó el libro y donde tuve una discusión con un profesor de historia que me objeto lo que decia de Heidegger, el posmodernismo, la escuela de Frankfurt, Foucault, como un ping pong me refutó punto a punto y me exaspero que me hicieran sentir que estaba diciendo cosas tal vez imprecisa, falaces y me quiso explicar lo que es el ser ahi y yo exasperado no lo dejaba avanzar y Marcelo que miraba sin participar en ese duelo de egos, por lo menos mi ego. 

Al final como no lo dejaba hablar me dijo que se retiraba mientras seguia mi furia por haberme dado una tremenda paliza filosófica un profesor de filosofia y medalla de plata me dijo cuando le dije que era licenciado en ciencias politicas por dos universidades lo que me ponia en inferioridad de condiciones frente a un profesor de filosofia que estaba preguntando por un ejemplar de historia de la vida privadaen el puesto de libros usados del librero más iconoclasta de la tierra, Marcelo que siempre me habla de su amor perdido y yo lo hostilizo con mi amor perdido y el me habla de las constelaciones y me habla de que se había jurado cortarme el rostro por mi mileismo y hasta me dijo que no pronuncie, blasfeme la palabra Cristina, lo que hice, unos minutos ante de habernos dado un gran abrazo sobamiento.

Y aqui domingo, estoy en el bar Sofia, escribiendo, en un dia de sol Horus.






No hay comentarios.: