lunes, febrero 19, 2018

Roberto Velez

¡Oh perpetuo descubridor de los antípodas, hacha del mundo, ojo del cielo, meneo dulce de las cantimploras, Timbrio aquí, Febo allí, tirador acá.
Quijote, Cervantes

Jugaba muy  bien al fútbol y era un gran seductor. Tenía porte atlético, un tipo muy lindo y las chicas suspiraban o algo parecido cuando lo escuchaban hablar en la facultad de Ciencias Políticas. Preciso en sus palabras, muy buen orador, ya dejaba claro que no era un estudiante común y  que ya en ese tiempo había leído y militado mucho.
El último año, 1975, fue presidente del Centro de Estudiantes. El 76 no tenía buenas noticias para la militancia. En junio hubo expulsiones masivas, pero para Roberto eso no fue nada, le esperaban cosas peores, bombas en su casa, puestas por la misma policía y luego su detención y una larga estadía en la cárcel de La Plata. Roberto era un curtido hijo de un dirigente del Partido Comunista de origen sindical que tuvo protagonismo en el Mendozazo.  Roberto siguió sus pasos y militó primero en la Federación Juvenil Comunista y después en el PC.
El golpe del 76 fue la perdida de contactos con todos los que militabamos en la facultad, fue el ingreso brutal a alguna zona que nos permitirá pasar desapercibido. Cuando llegó la democracia rompió con el Partido Comunista,lo acusaba de autoritario y de haber hecho arreglos non sanctos con Videla. Los disidentes formaron otro partido, se fueron dirigentes de la talla de Angel Bustelo, compañero de prisión en la Plata. Luego vinieron otras formaciones políticas, una de ellas el Partido Fiscal del que fue concejal. Retomé contacto con Roberto, cuando quería hacer una segunda edición mejorada de su libro acerca de la represión en la Universidad Nacional de Cuyo y el continuismo. Trabaje a su lado, como editor, en la corrección de esa edición y en la Feria del libro de hace unos cuatro años pudimos presentarlo pero en la versión digital. Tengo entendido que EDIUNC va a publicar esa edición que mejora considerablemente la primera, en lo que hace a datos y nuevos contenidos actualizados.
Cuando empecé a escribir mi libro acerca de la militancia de los setenta, me lo encontré en los periódicos de los ochenta como un activo participante de los derechos humanos, estuvo entre los primeros que reclamaron se esclarezcan varios asesinatos y desapariciones de los setenta. Supe también de luchas ideológicas y desavenencias terribles con sus excompañeros de militancia que tuvo Roberto en el seno de las organizaciones donde estuvo y que fueron varias. No podía ser de otro modo, Roberto fue siempre un militante muy activo, perturbador, polémico, exlosivo, confrontativo, del estilo de lo que fue un Ingenieros, un Leandro Alem o un Sarmiento. A diferencia de Benito Marianetti, otro intelectual de izquierda, Roberto venía muy de abajo y tampoco fue pontificado como lo fue Marianetti, quien termino siendo convertido en una postal mendocina, pero Velez hasta el último minuto siempre fue fruto de la polémica. Roberto tuvo vida privada, una familia hermosa,  pero siempre la militancia lo marcó como proyecto de vida.
Estaba muy enfermo pero su actitud era mostrarse despreocupado y solo con "algunos problemitas", en estos meses participo del Frente Popular, y parece que no estaba bien de salud, y por eso algunas ausencias, pero siempre prometiendo que pronto se incorporaria con toda la fuerza.
Ayer, a las siete de la tarde me manda un mensaje mi amigo Guri y me avisa que Roberto había muerto.
Con el muere el estilo de militancia activa que no renuncia al pensamiento. Hoy ese tipo de intelectual de la política no abunda, es tiempo de intelectuales orgánicos, al servicio cerebral del político de turno. Es que Roberto fue claramente un intelectual sin ataduras partidarias o dogmas, lo prueban sus libros, algunos con exhaustivas investigaciones, minuciosas en describir por ejemplo como funcionaba la represión y la inteligencia del golpe. Tambien tuvo gran protagonismo en los Juicios de Lesa Humanidad.
Es dificil saber quién fue Roberto Velez, al fin al cabo, nos llegan fragmentos borrosos de los otros,  de algo cambiante y mutando. No se bien quién fue Roberto, algo si es claro, era una persona muy compleja como lo son los personajes de Shakespeare, como lo es el Citizen Kane de Orson Welles. Roberto era tan indecifrable y campeon de causas perdidas como el Quijote y la ínsula Barataria.

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