miércoles, marzo 12, 2008

Siloismo, mentiras y humanoidex

En el siloismo encontré en general gente con mas calidad humana que en el promedio de mi generación, que nunca me sentí manipulado, ni me lavaron el cerebro, que el siloismo fue junto a mi militancia en la izquierda, las dos experiencias mas valiosas que he tenido, que en el siloismo conocí gente extremadamente interesante y gracias a ellos llegue por primera vez a conocer de Sartre, Husserl, Gurdjieff, Daumal, el budismo Zen, Wilhelm Reich y hasta de Marx.
En un momento dado me fui, nadie me presiono ni para que siguiera ni para que me fuera, nada, solo cosas anecdóticas, peleas de barrio, esto no prueba que el siloismo sea ahora una secta en el uso que le da silleta, la iglesia católica o la CIA. Sí creo que hay sectas inmensamente mas hijas de puta, de derecha como son la secta moon, la gente de nueva acrópolis, y tantos otros que son tan siniestros que hasta tengo miedo de mencionar.
Lo que si se que muchas de las cosas que hace el siloismo ahora son naif y que en su afán de tener gente caen en gestos que dan vergüenza ajena, pero también me consta que por lo menos se juntan con gente progresista en todo el mundo y no como otros que andan con los poderosos y los fachos.
Espero que esto aclare lo que acabo de decir, porque si hay un debate a realizar con los siloistas no pasa por eso del lavado de cerebro y otras pelotudeces, sino en cosas mas sutiles y a veces me da la sensación que hemos caído tan bajo en lo cultural y en lo moral que no tenemos suficientes hidrógenos para hilar fino.

España según Borges

Poema España de Jorge Luis Borges

Más allá de los símbolos,
más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios,
más allá de la aberración del gramático
que ve en la historia del hidalgo
que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue,
no una amistad y una alegría
sino un herbario de arcaísmos y un refranero,
estás, España silenciosa, en nosotros.
España del bisonte, que moriría
por el hierro o el rifle,
en las praderas del ocaso, en Montana,
España donde Ulises descendió a la Casa de Hades,
España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma,
España de los duros visigodos,
de estirpe escandinava,
que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas,
pastor de pueblos,
España del Islam, de la cábala
y de la Noche Oscura del Alma,
España de los inquisidores,
que padecieron el destino de ser verdugos
y hubieran podido ser mártires,
España de la larga aventura
que descifró los mares y redujo crueles imperios
y que prosigue aquí, en Buenos Aires,
en este atardecer del mes de julio de 1964,
España de la otra guitarra, la desgarrada,
no la humilde, la nuestra,
España de los patios,
España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios,
España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad,
España del inútil coraje,
podemos profesar otros amores,
podemos olvidarte
como olvidamos nuestro propio pasado,
porque inseparablemente estás en nosotros,
en los íntimos hábitos de la sangre,
en los Acevedo y los Suárez de mi linaje,
España,
madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones,
incesante y fatal.

lunes, marzo 10, 2008