Creo que en toda historia hay por lo menos un par de hechos cruciales que son como pilares donde se apoyan los puentes narrativos.
Los pilares son instantes, fotogramas, son intensos y de allí se desprenden puentes movedizos hasta el próximo pilar.
El puente es un proceso, un estado de ánimo, un fluir y son siempre consecuencia de una decisión del personaje o indecisión, fastidio, duelo.
El pilar es un acontecimiento y el puente una historia empujada por el pilar de donde viene.
En una ficción, la salida del acontecimiento debiera ser creativa, en la vida resulta un poco más complicado.
Había hecho para mis cursos de escritura un esquema que le había arrebatado al Standup, todo chiste tiene una premisa que es el hecho y la actitud del comediante frente al hecho.
Para una historia, hay un hecho singular, nunca lo universal tipo la envidia, el heroismo, la injusticia, sino algo particular que le pasa a una persona, a una sola persona, no a las masas, a los argentinos o los alemanes.
Entonces en la premisa de una historia que pueden haber varias, o mejor dicho una por pilar o acontecimiento, tenemos el hecho singular, la desgracia o alegría o lo que fuera que pasó y la actitud del personaje frente a ese hecho, actitud que debiera tener arte.
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