Cuando llegamos al primer borrador, se suele advenir fofo, lento, con exceso de trigliceridos. El texto suda mal olor. El segundo borrador tiene como objetivo reducir esas grasas de palabras, la verborragia, el parloteo.
Hay que tomar párrafo tras párrafo y aplicarle los métodos que tan sabiamente empleaban los Jíbaros del Amazonas. Lamentablemente nos quedan apenas algunas crónicas de sobrevivientes de la jibarización, pero era claro el odio de esta tribu por las enormes cabezas de los europeos.
El método creado por Raúl Silanes consiste en establecer de cuántas páginas debe quedar nuestro mamotreto.
Por ejemplo tenemos un manuscito de 600 páginas, pero como no somos Joyce ni Rayuela y menos Adan Buenos Ayres, lo vamos a reducir a 300 páginas (me gustaría mas 100), esto supone reducir cada página a su mitad.
¡Manos a la obra!, vamos ahora avanzando página a página y cumpliendo el sueño Jibarista de reducción.
Manos a la obra y sin asco.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
-
Hay una foto de un soldado argelino con el uniforme francés en la revista Paris Match de 1956. Los franceses y Brigitte Bardot, el discurso...
-
A mi como escritor me daría vergüenza recibir una pension por ser escritor, esa batuta es llevada por Ana Quiroga en su blog, pero que cosa...
-
Acabo de comprar un libro impresionante: Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes , pero que es prologado jus...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario