Uno tiene un deseo, que es ella, y ese deseo, ya veo, es imperativo, autoritario, coercitivo, uno no sabe, no tiene información del otro, no sabe si el otro también te desea, caben muchas posibilidades: tal vez solo le interesa la amistad y que se yo; pero da signos confusos, ambiguos, se mueve en el si, pero no y así, mientras tu vas tejiendo alguna estrategia, lamentablemente, fatal, porque en realidad tu eres el seducido, no ella, uno esta sometido al deseo, o no se a que, y quiere eso, no hay forma de dejar de ser un sedudido frente al objeto todopoderoso que lanza señales confusas, ambiguas, como parte no de una estrategia, sino de cierta desidia, cierto "no me apetece", si fuera así todas las flechas se desvían por un campo de fuerza que el objeto naturalmente genera, porque en definitiva no te desea y todo intento que te desee, es una estrategia fatal que te reduce, te hace aún más pequeño, ofreciendo tus dotes.
jueves, mayo 15, 2008
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