Las cosas son lo que pensamos de ellas. La gente es lo que pensamos de ellas. La adivinación que practicamos es apenas confirmada. Si pensamos que alguien es gentusa, es dificil que eso que pensamos cambie. En esto funciona lo que pensaba Kuhn de los paradigmas, es decir que para que cambiemos algo que pensamos tiene que pasar algo desvastador, un katrina, aún así puede que nos queden dudas, pensaremos que por algó será ese cambio, o que cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía y como las cosas nunca se quedan tranquilas, apenas esa persona repita alguna conducta similar a la que nosotros siempre pensamos que era, vamos a decir: viste, que sigue igual.
viernes, noviembre 09, 2007
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