Cuando empezamos a tildar al que piensa distinto que nosotros con términos como facho, sionista, zurdo, reaccionario, oligárquico, etc, corremos el peligro de sustituir la reflexión por la mera reproducción de pensamientos, o peor aún acribillar al otro con nuestros juicios o prejuicios.
La historia de este procedimiento es universal, lo usaron todas las religiones con los que "protestaban", lo hicieron los mismos protestantes, lo siguieron usando los partidos de derecha, de izquierda, lo uso Lenin, lo usó con mas rigor Stalin, Fidel Catro y Videla. Unos aceptaron cierta lucha ideológica y otros directamente apelaron al viejo método de matar al mensajero.
Por todo esto, se creó esa palabra que se llama tolerancia, creo que fue Voltaire el que tuvo que ver en esto, pero no estoy seguro.
Sería un buen ejercicio recrear ciertas palabras, o procurar ver más allá de las palabras para encontrarnos con los hechos. Normalmente vemos todo por la anteojera de alguien que penso, nuestra cabeza esta llena de "concretos-pensados" y podo de empírico, de propia observacion, de propio pensamiento. Inmediatamente sujetamos al personaje que habla a nuestros "concretos-pensados" y dejamos de percibir lo que de único puede tener ese ser.
domingo, octubre 22, 2006
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