Enfrentar lo que uno  teme, hacerlo con desenfado, sin la rigidez del cocodrilo, pero avanzar como él,  cuando encuentras al victimario, precipitarse sobre el, y atenazarlo, arrojar tu  mano y saludarlo, sonreir, hablar de bogavantes, sonreir, hablar de la guardia  civil, sabia que tu eras, si, si, luego le cuentas que has sido profesor de  criminologia, seguro que eso ya esta resonando en su cabeza.
 Luego te retiras con  el alma de la presa en tu boca
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