He descubierto la  protomateria de Mandragoria, el moco pulsional que late en cada mandragoriano y  que es visible a la noche, si nos ponemos en un punto lejano y elevado del  pueblo, veremos como el vaho se eleva lentamente y desplaza a las otras capas de  la atmosfera. Si uno camina por el pueblo a las dos de la mañana, recordará el  descenso de Zarathustra, cuando camina por aquel pueblo al pie de la montaña,  para anunciarles que Dios ha muerto; eso que sentía Zarathustra es lo que siento  cuando camino por la calle de los tenderos, o la de cruz del diablo; conjeturo  que el olor proviene del sueño entrecruzado de los mandragorianos y no hay duda  del origen de ese olor, pero no tento instrumentos para capturar su materia y  cientificamente analizarla, aunque digo sin temor a equivocarme, que esa  sustancia es miedo, sí miedo, le voy a llamar sustancia-miedo y no se lugar  ocupa en la tabla de Mendeleief, pero que existe, existe y el día que los  señores de la guerra la descubran, construiran bombas de miedo, serán llamadas  bombas ecológicas y convenceran a los grandes para que las arrojen sobre los  pueblos rebeldes. Un gran pasó, pensarán que es, arrojar bombas que no destruyen  ciudades, no contaminan y lo mas importante no matan gente, solo los atemoriza,  al aspirar la sustancia y tampoco los paraliza, ellos siguen trabajando como  siempre y solo están paralizados para rebelarse y atentar contra el orden  establecido.
 La sustancia no es  abundante, apenas podrá recolectarse un miligramo en toda Mandragoria, pero  explosionada sabiamente puede producir miedo en una ciudad como Madrid. La  sustancia no se ha hallado en otro lugar de la tierra, pero seguramente está  presente en algun otro lugar del Universo, y entonces está claro que lo más  barato o directamente lo único posible es extraerlo de Mandragoria, del aire de  Mandragoria, otra opción es extraerlo de los mandragorianos vivos o muertos, en  este último caso es posible dado que una parte importante de la sustancia se  acumula en los huesos; la opcion de los vivos tiene su crueldad y la mala  prensa; la del aire puede ser muy lenta y habra que contar con el aparato de  Lovelock, por lo que la visita al cementerio fue la decisión correcta; no hay  sereno, pero lo mismo entramos con bastante prudencia, el miercoles 17 de  octubre a las tres de la madrugada, abrimos una lápida de las que dan contra el  muro externo, sacamos el cajon, lo abrimos y metimos en una bolsa los huesos,  volvimos a cerrar todo, para dejarlo como intacto y nos fuimos. La prueba fue un  exito, encontramos una cantidad impresionante de sustancia-miedo: 0,1 miligramo,  por lo que con diez cadaveres serán suficientes y bueno para no llamar la  atención. Dejamos pasar dos semanas y el 31 de octubre de San Quintín, sacamos  nueve cadaveres y sellamos todo de nuevo, pero por las dudas arrojamos unas  gallinas descogotadas en la parte de atras del pequeño  cementerio.
 Abreviando, tengo en  mi poder casi un miligramo de sustancia-miedo y me dirijo a EEUU, donde tengo  algunos contactos, para ofrecerles mi producto. De las demás potencias no me fio  ni un pelo, al fin y al cabo los científicos que participaron de la bomba  atómica como Bohr o Einstein, creo, siguieron tocando el violin o jugando al  tenis en algun bucolico pueblo americano, de esos de las peliculas con casas no  atachadas, rodeadas de jardines y con calles curvas, con amplias veredas por  donde la gente saca a pasear a sus perros.
  
1 comentario:
Publicar un comentario