lunes, mayo 06, 2019

Intento


No alcanzo

Para qué hacer publico esto? Que ayer me dije,se acabo el escribir novelas y cuentos. Hoy no siento esa matrix. 

El síndrome de Kafka


Hoy he decidido renunciar a seguir escribiendo, digo a eso de hacer relatos, escribir novelas, biografías, no ficción.
Tengo algo en común con mi perra Jama, lo ingobernable de las ganas. Se tiene o no se tiene ganas. Yo ya no tengo más ganas de escribir.
Renuncio a las interpretaciones:
1.de la seudociencia sicoanalitica: se trata de un duelo, el objeto a  y otras mitologías.
2.Estas bajoneado empastillate.
3.existencialistas
4.etc.

Hay una compleja y profunda razon, no se si complejo y profundo son sinónimos, digamos que son parecidas y entre las dos palabras demarcan un territorio donde hay de todo y me faltó una palabreja posmoderna: contradictoria.

Standby hasta que esa no gana cese o no se lo que el futuro depara, pero tiro la toalla, me cansé de escribir, de cierta absurdidad de escribir, como un boxeador haciendo guantes a la sombra. Jajajaja buena metáfora.
Bueno siendo la hora mas triste del universo, las diez de la noche de un domingo lluvioso, me voy a sacar a pasear a Jama, a ver si me contagia ganas y me mantiene caminando.

sábado, mayo 04, 2019

La curación del autoritarismo

¿Había en los inicios de los setenta algo que no fuera autoritario? (¿Y hoy?)

Había un circuito maestro-discípulo y lo que decía el maestro era incuestionable. ¿Pero acaso no matan a los caballos, se me cruzó esa novela, acaso no es lo mismo Cristina, los Montoneros, Perón y todos los movimiento marxistas?
¿Hay algún partido que invitara a un pensamiento libre, a que consideraras las cosas por tus propios medios, hay hoy tal cosa?
Cero, no existe, entonces no le pidamos peras al horno o al olmo.
Hay cosas interesantes en el siloismo, su llamado a la paz, su meditación trascendental, pero que yo sepa, conozco a un solo pensador que ha medrado en ella, Antonio Benenati, que supo estar en el siloismo incluso participar en un retiro en Yala, Jujuy.
https://www.bubok.com.ar/libros/196453/La-conciencia-replegante

Krishnamurty , una excepción, dijo esto en 1949:
Para lograr una acción colectiva, recurrimos a la fuerza o al autoritarismo; o a una forma de temor, amenaza o recompensa, con lo cual estamos todos familiarizados. El Estado, o un grupo de individuos, establece cierto propósito y entonces compele, coacciona o persuade a los demás para que cooperen, dándoles recompensas o castigos: todas las diversas formas de lograr la acción coordinada que conocemos. Fuente: http://jiddu-krishnamurti.net/es/el-conocimiento-de-uno-mismo/krishnamurti-el-conocimiento-de-uno-mismo-07

La curación del sufrimiento

Cuando en 1970, a mis 19 años leí La curación del sufrimiento de Silo, todo el mundo sufría, yo sufría, mis amigos sufrían.
Después tuve un disco de vinilo con las arengas de Silo y en una de ellas la Curación del sufrimiento. Tampoco se si seguir sus recomendaciones me curó del sufrimiento, eso sí, me hice siloista.
Recuerdo una tarde, tirados en una cama matrimonial con Fausto Marañón y otro amigo, escuchando Natalio Ruiz. Hacía mucho frío, era una casa de adobe en Algarrobal y andabamos los tres adolescentes atravesados por mares de hormonas y tratando de no dejarnos dormir, de mantenernos en recuerdo de si. Fausto se levantó de la cama y empezó a leer la Curación del sufrimiento, su arenga era una impostación del maestro, primero transmitía todo el sufrimiento de recitar la Curación del sufrimiento, pero al terminar, los últimos párrafos empezó a pintar un poco por donde iba la cosa:

A ti hermano mio te arrojo esta corona de alegría, según había dicho Zarate, les contó Silo a unos puesteros que andaban por la montañas de Punta de Vacas, las mismas donde se celebran los cincuenta años de ese evento donde se ponía empeño en la curación del sufrimiento.

El jardín de Irene Gruss


https://youtu.be/roQok3JlSZc

¿Estás cansada del viaje, Diana?
¿Dejaste las valijas y te asomaste a ver el sol
en tu jardín, fuiste allí
rápidamente, pausadamente?
¿Echaste una ojeada a las plantas
o mirás cada una, sabiéndola,
descubriéndola, cuidás
tu jardín, hablás, cantás con
la regadera en la mano?
¿Estás cansada de vuelta del viaje,
Diana? ¿Estás contenta?
¿Alguien te acarició, jugó otra vez
con tu melena de fénix,
te besó los párpados
como quien desea tocar
una mirada así de azul, de gris
según el tiempo? ¿Fuiste feliz,
Diana? ¿Intenso y duro, el viaje?
¿Acomodaste la cabeza en el asiento del avión?,
¿descansaste?
¿Estás repleta de memoria, de sentidos
por el viaje, Diana?
¿Comerías conmigo para contarme?
¿Pasaste hambre en la estadía,
Diana, pasaste hambre?
¿Te embriagaste? ¿En algún momento
llegaste a marearte por el viaje?
¿En algún momento, sentiste
esa nada en la boca
del estómago, ahí donde dicen que
está el alma? ¿Llenaste
con qué esa nada, con la gente,
con las cosas, tuviste
necesidad? ¿Observaste
la vida tranquila? ¿Así, como te veo
ahora, calma
y sabihonda? ¿Conociste
la muerte en el viaje,
Diana? ¿Te asustó, la asustaste?
¿Trajiste fotos, postales,
documentos?, ¿abrazaste a
muchos, te abrazaron?
¿Gozaste, tradujiste el amor
loca de deseo? ¿Hablaste demasiado, callaste
demasiado? ¿Por qué
estás diciéndome
que escribir es lo único
que tenemos? ¿Estás
cansada, es por eso, porque
estás cansada del viaje? ¿Querés
dormir, recostarte en un hombro,
querés reír, llorar un
poco? ¿Acaso el viaje mismo
no te consuela,
Diana? ¿No es como el tacto
de otra mano, no lo es, verdad?
¿Comerías conmigo para
contarme?
¿Ya floreció la rosa
en tu jardín? ¿Es tan bella?
¿Los pétalos reventaron
plenos de vida, la vida es
púrpura después de un viaje,
Diana,
es así?